La que podría perfectamente llegar a ser la frase del año me da pie a una reflexión sobre cómo le resulta difícil a un hispanohablante alcanzar el dominio de la lengua portuguesa, e igualmente difícil a un lusoparlante el dominio del castellano. La raíz de este dificultad radica en la traicionera proximidad de ambas lenguas, tras la cual acechan interminables trampas dispuestas a sorprender al hablante incauto.
|
etiquetas: portugues , idioma