El día antes de Nochebuena, en Madrid, a la misma hora en que miles de personas dormían hartas de haber comido y bebido, una indigente de 41 años moría en plena calle, sobre un colchón raído por la pobreza. Dicen los médicos que la atendieron que la causa no fue el frío; tampoco vieron en su cuerpo signos de violencia física (la otra no se ve).
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