"Si lloré ahora fue porque no tuve coraje de llorar durante la presentación. Necesitábamos organizar estos Juegos Olímpicos, merecíamos esta oportunidad. Brasil ha ganado definitivamente su ciudadanía internacional, ya no seremos nunca más ciudadanos de segunda clase. Por ser un país colonizado, tenemos la manía de sentirnos pequeños, de que no podíamos lograrlo y otros, sí. Pero sabemos trabajar cuando somos provocados. Prometo trabajo, trabajo y trabajo. Como brasileño, es el día más orgulloso de mi vida"
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