Los extranjeros arrojan cifras más altas de la tasa de desempleo que los nacionales. El colectivo inmigrante se ocupa principalmente en puestos de baja cualificación, sobre todo en el sector de la construcción. El paro afectó primero a los varones y más tarde a las mujeres, que han aumentado su tasa de desempleo: se han visto obligadas a intentar ingresar en un mercado laboral, desconocido para muchas, cuando sus parejas han perdido su empleo y los ingresos no cubren sus necesidades.
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