Desde enero hasta que canta el cuco, es tiempo de lamprea. Para muchos, un manjar. Para otros, un alimento que jamás llevarán a su boca. Lo cierto es que la lamprea cuenta con un nutrido grupo de seguidores acérrimos, que esperan con ansia estos meses invernales para hacer una escapada a Galicia, Asturias o Portugal y degustar allí, donde tiene un arraigo de siglos, la forma más tradicional de comerla, a la bordelesa. No es un plato fácil, ahora explicaremos por qué. Así que sólo hay dos opciones: o se adora, o se odia.
Comentarios
es puro murphy... en cuestión de peces y otros animales acuáticos, los animales más feos son los más sabrosos.
Tengo ganas de probar, un colega probó cuando estuvo en Galicia y dijo que era deliciosa.
#4 pues a mi no me gusta un carallo..
Es un bicho muy feo pero dicen que está delicioso. Para pescarlo, en los ríos hay unas "presas" especiales, desde donde los pescadores se colocan y las cazan.
#5 Las presas se llaman pesqueiras y no se colocan los pescadores, sino que ponen unas nasas especiales durante la noche para que caigan en ellas las lampreas. Yo soy oriundo de Arbo y la he comido desde niño, es un sabor especial, me encanta, sobre todo seca, porque permite muchas más recetas: en empanada, frita rebozada, guisada con patatas, con arroz y sobre todo en el cocido gallego puesta en el sitio del jamón, el sabor es muy parecido, no sabe a pescado para nada, en fin, algo para paladares especiales.
#6 Invítame a comer, qué bien suena
La lamprea te gusta o la odias. No tiene término medio.
Mira que me gusta probar cosas raras, pero el bicho este me echa pa tras.
#2 La verdad, que cuando ponen morritos son una auténtica belleza...
Suena interesante, no me importaría probarlo, pero a medias que es un plato bastante caro.
#1 Comprada directamente al pescador en la desembocadura del rio Miño, sobre 15 euros la grande y la mitad las pequeñas.
#9 Me relamo.
Conocí a una cocinera de un restaurante gallego, por lo visto la preparaba muy bien, según los clientes porque ella, según sus palabras, no lo había probado en su vida ni pensaba hacerlo. Esto que lo junten con los erizos de mar.