La bomba, de más de 50 centímetros de longitud, fue encontrada por un turista extranjero, que se topó con el artefacto cuando se bañaba en la playa de ses Covetes (Mallorca). "Está en muy buen estado y sigue activa", confirman fuentes de la Guardia Civil, que aclaran que la corrosión de varias décadas de salitre, arena y olas no ha hecho demasiada mella en el proyectil.
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