El sábado tuve la ocasión de revivir mis años jóvenes, de sentir como subía la adrenalina por mis venas, de recordar como la sensación de peligro me hacia sentirme vivo. Pero no crean, no, no me tiré en puenting desde el acueducto, ni me lancé por los rápidos de la M-30. No, simplemente fui a 'Cortylandia', en el Corte Inglés de Preciados.
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