Jorge era cocinero de un comedor comunal en Cuba. Gracias al desvío de alimentos y su posterior venta en el mercado negro, cambio a una cas más amplia. Adquirió un DVD-Player y llevó sus hijos a Varadero en las vacaciones. Su negocio era sencillo: proveia de arroz a un kiosco que ofertaba cajas con comida, suministraba aceite -que extraía del almacén- a un cuentapropista y una vendedora de sándwich le pagaba por esos panes que nunca llegaban a los trabajadores. Ya Jorge está pensando cambiar de empleo para pasar a administrador.
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