Entre otras hipótesis barajadas entre los círculos espaciales para explicar la decisión de Estados Unidos, figuran los espejos de berilio embarcados a bordo del satélite. El berilio, según el director del Centro Espacial de Toulouse, "puede llegar prácticamente íntegro a la Tierra", sin ser destruido al entrar en la atmósfera, puesto que resiste temperaturas de hasta 1.800 grados. Es tan tóxico como el polvo de amianto. E incluso fragmentando el vehículo "no se reducen" los riesgos para la población, según este especialista.
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