(C&P): Lo último: anuncios en los periódicos de asesorías para constructores que, ante la crisis, pueden dedicarse a edificar y gestionar residencias de la tercera edad. No se sabe muy bien si es orientarles hacia un nicho de mercado o hacia más allá. Por otro lado, algunos emigrantes han decidido abandonar sus propiedades hipotecadas. No quieren ser embargados ni tener problemas jurídicos. Le dicen a su banquero de turno: «Señor, no puedo pagar mi casa y además tengo que irme a otra ciudad a trabajar, aquí tiene las llaves de mi hogar».
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