Más del 70 por ciento de los españoles está en situación de riesgo de presentar niveles de yododeficiencia que pueden derivar en trastornos como pérdida del coeficiente intelectual, retraso en el desarrollo, cretinismo o bocio. Sin embargo, según señala la OMS, este problema es fácil de prevenir, ya que tan sólo es necesario sustituir el consumo de sal común por sal yodada. Únicamente con la ingesta de tres gramos de sal yodada se lograría cubrir las necesidades que requiere el organismo de este mineral.
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