He recibido una especie de circular en que se dice que hay en España “aproximadamente doscientas mil familias que viven de la industria de sombreros que a pasos agigantados van sumiéndose en la miseria”. Después de exponer la crisis de esa industria, la de las fábricas de cintería exclusiva para sombreros, las de badana, las de cajas de cartón para embalajes, las de cortadurías de pelo de conejo y liebres, etc., se acaba en la circular por recomendar el uso del sombrero. Del que yo, por mi parte, apenas uso. (Diario "La Rioja", 1933)