Una buena dosis de solidaridad vecinal. Eso es lo que recibió hace unos días el farmacéutico de Benimassot, uno de los pueblos de Alicante más azotados por la despoblación. Muchos boticarios andan estas últimas semanas temiendo por su futuro debido al retraso del pago mensual que reciben de la Administración, y las farmacias rurales son las más amenazadas.
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