Los fabricantes de automóviles europeos podrían optar por cumplir los objetivos eléctricos reduciendo la producción de coches de gasolina o diésel o comprando créditos a Tesla o a competidores chinos. "Básicamente, los fabricantes de automóviles comprarían créditos verdes al país que más contamina del mundo, y financiarían a los fabricantes chinos de vehículos eléctricos a los que la UE acaba de imponer aranceles", dijo Gianluca Di Loreto, socio de la consultora Bain & Company.
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