El arte Chavín, caracterizado por ejemplo por una curiosa obsesión con la repetición de determinados elementos, era esencialmente un mecanismo para contar historias y hacerlo siguiendo una serie de reglas que, en cuanto a su esencia profunda y a su significado comunicativo, se parecerían mucho a los artificios lingüísticos que usaban los bardos nórdicos. En concreto dichos creadores empleaban al parecer muchas comparaciones por sustitución para hacer más elegante su forma de hablar.
Comentarios
Extraordinario post, como suele ser habitual en el autor de este blog