Un estudio de la Universidad de Melbourne señala que pequeñas pausas en el trabajo ayudan a mejorar la concentración. Los pequeños descansos mentales resultantes de cuestiones como refrescar la página en tu red social, actualizar Twitter, charlar un rato en mensajería instantánea, leer el periódico, ver un vídeo o hacer una compra permiten al cerebro descansar brevemente de su tarea habitual y volver a ella con concentración renovada.
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