Sídney ha iniciado hoy las tareas de limpieza para deshacerse de la espesa capa de polvo rojo que dejó ayer la tormenta de arena en la mayor ciudad de Australia, que sufrirá pérdidas económicas de decenas de millones de dólares. Además de la devastación causada por la arena, que cubrió automóviles y calles y se metió en el interior de casas y edificios, el fuerte viento -superior a los cien kilómetros por hora- destrozó cientos de árboles y tejados. Relacionada
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