Fomentar el uso del dinero de plástico es un objetivo fijo de cajas y bancos. Lo malo es que ha acabado pagando el usuario, que ha visto incrementar las comisiones de la tarjeta un 3,7% de media en el primer semestre. Y lo peor es que ese cargo puede aumentar por la introducción de mayor seguridad en las tarjetas, que la Unión Europea quiere que sea obligatoria a partir del 2008. No puede ser que cajas y bancos, pretendan cargar sobre el usuario las inversiones que han de hacer.
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