Cuando una mujer pone una denuncia por violencia de género contra su pareja tiene que ratificarla ante el juez de instrucción. Una de las primeras cosas que escucha del magistrado es que, si no lo desea, no tiene la obligación de declarar contra su agresor. Lo mismo vuelve a ocurrir en el acto de juicio. Muchas se echan para atrás cuando les ofrecen esta posibilidad. Así, aunque el fiscal se empeñe, no hay pruebas y hay que archivarlo. El Grupo Socialista en el Senado ha presentado una enmienda a la Ley de Igualdad para evitar esto.
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