Álvaro realizó todos los arreglos de “Cada vez que se muere un torero…”, ha tocado todos los instrumentos y lo ha producido. Lo he cantado ayudado por el auto tunes y creo que ha quedado bastante divertido. Como me costaba muchísimo cantar al ritmo de la música, Álvaro —con infinita paciencia— gesticulaba con los labios la canción para que yo siguiera sus labios. Espero poder enseñaros pronto la canción desde que grabemos el video clip. Quería grabarlo vestido de torero en la plaza de toros de “Las ventas” (Madrid)
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