Gulnara Karimova, la otrora niña mimada del tirano uzbeko, queso ser una Lady Di de Oriente. Fue cantante, se rodeó de la jet set global y amasó una inmensa fortuna. Hasta que decidió ser disidente de su propio padre. Denunció sus excesos en Twitter y su vida ha dado un giro al infierno
El unico comentario que se me ocurre para esta noticia, a parte de aprender de una parte del mundo de la que sabia poco, es que algunas veces se cumple aquello de que a todo cerdo le llega su San Martin.
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El unico comentario que se me ocurre para esta noticia, a parte de aprender de una parte del mundo de la que sabia poco, es que algunas veces se cumple aquello de que a todo cerdo le llega su San Martin.