La adolescente presuntamente maltratada, vejada, amenazada y violada por su novio en Valdepeñas (Ciudad Real) ratifica que el acusado la raptó en octubre de 2015 y se la llevó a su casa en Daimiel, donde le pegó y la obligó a beberse una botella de orín. “Pensaba que esa iba a ser mi última noche”, ha declarado la chica, que ha confesado que mintió a la Guardia Civil y a su familia e ingresó en un centro de menores “por el miedo que le tenía”. El equipo psicosocial de los juzgados considera que su relato es “coherente y consistente”.
Comentarios
Que gente más mala hay en este mundo.
El acusado asegura que todo es una invención de los padres de la chica porque no querían que su hija saliera con un hombre mayor de edad y gitano
Qué bien está mi tierra...
Qué puto asco, de verdad. Mi misantropía aumenta por días...
Y ni ha sido en Marruecos ni fue en La Mancha de hace cincuenta años....
Que horror!
El equipo psicosocial de los juzgados considera que su relato es “coherente y consistente”.
Eso nunca puede constituir una prueba.
Como tampoco lo son los reconocimientos.
#4 Pero constituye un indicio razonable interpretar las pruebas-declaraciones y poder dictar sentencia en un sentido u otro.
#6 En realidad no, porque la fiabilidad de un informe psicológico es ninguna.