Asociada a la contienda política, la denominada posverdad viene a adulterar la realidad pero, sobre todo, a relativizarla, a desdeñarla; diríase que a preterirla: no importa la verdad, sino el fin perseguido. El fenómeno, que parece haberse agravado en la crisis sanitaria que vivimos, puede ser observado desde la ética, la comunicación, la filosofía, la psicología, la neurociencia, etc. pero asimismo desde el raciocinio crítico de todos nosotros, los concernidos. Sorprende inicialmente el refinamiento alcanzado en la corrupción de la verdad...
Comentarios
Para abordar este tema quizás bastan palabras llanas. Podemos conversar o comentar los sinsentidos que se fabrican y se lanzan como información cuando no lo son. En efecto, hay informaciones que sostienen el sinsentido de la gestión realizada a gran escala. Y hay otras que desenmascaran esa posverdad, aunque esté muy extendida o se transmita por grandes y numerosos canales.
Un ejemplo es el reportaje emitido por este canal de TV en Buenos Aires. https://superocho.org/watch/NaJcLIRAYMgFr1j que por supuesto no está agitando posiciones políticas, ni defiende más que lo obvio y flagrante.