Giorgia Meloni va como un avión. En el video viralizado de su declaración en la cumbre de la OTAN, su cara es la tripa en movimiento de un Boeing 747. Véanlo. Comprobarán que no miento. El rostro se le colma de repentinas mutaciones oculares de batracio, con ojos abiertos como si respirara a través de ellos. Le siguen desencajes maxilares. Dientes que se tienen ganas y se frotan los unos a los otros. Palabras atropelladas. Danzas nasales, más joteras que sardanistas, ponen sus caños a saltar de un lado al otro. El cortometraje lo tiene todo.
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