Manuel Zelaya está empezando a hacer declaraciones verdaderamente extrañas. Su tercer día de encierro en la embajada de Brasil en Honduras se lo pasó colgado al teléfono, hablando con unos y con otros, a pesar de que -según él mismo declaró- el gobierno golpista le anda interceptando las comunicaciones. Pero no sólo eso. Zelaya denunció ser víctima de cuatro planes muy sofisticados del gobierno... denunció la instalación de "aparatos electrónicos que emiten radiaciones de alta frecuencia que afectan al cerebro humano..."
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