No hay una fórmula única para educar. De hecho, no existen recetas. Así lo ve y pregona la psicopedagoga y docente española Mar Romera, que cuando se presenta a sí misma para esta entrevista nos dice: “Soy mujer, madre, soy hija, nací en el año 67 del siglo pasado, que suena muy fuerte, y la siguiente palabra me cuesta muchísimo decirla: soy viuda”. Y luego nos explica que las palabras son como el cerebro; hay que entrenarlas mucho para que salgan fácil. Lo mismo pasa con las emociones: si no nos entrenamos para ellas no sabremos qué estamos
Comentarios
No me parece que sean dos cosas excluyentes.
#1 De hecho para ser feliz hay que aprender a lidiar con el fracaso. No obstante la autora se refiere a una felicidad inmediata dada por los padres durante la niñez, no a un felicidad general.
#2 Si, eso dice, desarrollando un poco esa idea, prefiere que sus hijas sufran puntualmente, para que así aprendan a superarlo. Y que busquen la felicidad, que es más duradera, por delante de la busqueda del placer, que es algo pasajero, puntual.
#1 Ni a mí. Y el principal objetivo en la vida de cualquiera debería ser ser feliz
Fuck, qué radical...
#3 Sí, leyendo el titular, yo he pensado lo mismo, pero luego si lees la entrevista, se ve que la idea es menos radical.