Me preguntaba: ¿actuarían igual si me tuvieran delante? ¿Tendrían el valor de decirme esas cosas cara a cara? Al principio no sabía qué hacer. Recibí miles de mensajes, los leí y me pregunté qué tan en serio debía tomar esas amenazas. Los colegas me aconsejaron que lo denunciara a la policía. Así que fui a la oficina de atención a las mujeres de la Policía Nacional de Filipinas, pero lo máximo que hicieron fue registrar el incidente. Me recibieron con comentarios como: “Tal vez no deberías publicar cosas políticas si no quieres..."
|
etiquetas: odio , misoginia , violencia digital