Ante la impaciencia de algunos adolescentes otros jóvenes han encontrado su particular negocio.Tienen los 18 años prácticamente recién cumplidos y el carné de identidad les da vía libre para comprar alcohol en tiendas y bares, lo que aprovechan para sacarse unos euros extra a costa del ansia de la prohibida bebida de los menores. Se trata de una práctica que ha detectado la Policía Municipal en aumento en los últimos meses y que se ha propuesto erradicar de las calles de Valladolid.
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