Myron Aub era un hombrecillo de calva cabeza de huevo, pero todo eso daba igual. Había descubierto cómo hacer algo que la humanidad había olvidado: sabía multiplicar sin la ayuda de un ordenador. Tras demostrarlo, los miembros del Nuevo Pentágono quedaron asombrados: ¡alguien era capaz de multiplicar con un papel y un boli!
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