Mi amigo en cuestión fue citado por su jefe, el típico mando intermedio que parece vivir bajo la ilusión de que algún día heredará la empresa. La conversación, en privado, sin testigos, estuvo centrada en la próxima huelga general: - ¿Vas a hacer huelga el próximo miércoles? - Preguntó el jefe, sin rodeos. - A mí que gustaría que vinieses a trabajar ese día. - Insistió el jefe, como no dando otra opción.
#2 Pues entonces lo que hay que hacer es ir recopilando emails, conversaciones grabadas, etc., y cuando esté uno ya harto denunciar por mobbing. Se puede sacar aún más tajada, y si no voy mal hasta se puede ir por lo penal, por lo que tu jefe cabrón puede acabar hasta en la cárcel y/o pagándote indemnización por daños y perjuicios (independiente de la laboral).
Está claro que hay que tener fortaleza de espíritu para resistir algo así, pero la ley está de nuestro lado, vale la pena aguantar.
Pues esto creo que es tener mucha suerte. Porque un despido por hacer huelga no es improcedente, sino directamente nulo, y en caso de represalia no sólo se evitaría el despido, sino que se le podría sacar lo que no está escrito a esta empresa.
De hecho, para asegurarse el tema yo iría al día siguiente al jefe con una grabadora mp3 en el bolsillo y le comentaría que ya me lo he pensado, y que al final sí que voy a hacer huelga. Con lo que te responda seguro que ya hay suficiente para tener el puesto blindado durante unos años...
#1 Hay que considerar que la intimidación no tiene por qué limitarse a una amenaza de despido, puede ir más con el sentido de convertir la estancia en la empresa en un infierno, apartar al empleado de posibles promociones...
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#2 Pues entonces lo que hay que hacer es ir recopilando emails, conversaciones grabadas, etc., y cuando esté uno ya harto denunciar por mobbing. Se puede sacar aún más tajada, y si no voy mal hasta se puede ir por lo penal, por lo que tu jefe cabrón puede acabar hasta en la cárcel y/o pagándote indemnización por daños y perjuicios (independiente de la laboral).
Está claro que hay que tener fortaleza de espíritu para resistir algo así, pero la ley está de nuestro lado, vale la pena aguantar.
Pues esto creo que es tener mucha suerte. Porque un despido por hacer huelga no es improcedente, sino directamente nulo, y en caso de represalia no sólo se evitaría el despido, sino que se le podría sacar lo que no está escrito a esta empresa.
De hecho, para asegurarse el tema yo iría al día siguiente al jefe con una grabadora mp3 en el bolsillo y le comentaría que ya me lo he pensado, y que al final sí que voy a hacer huelga. Con lo que te responda seguro que ya hay suficiente para tener el puesto blindado durante unos años...
#1 Hay que considerar que la intimidación no tiene por qué limitarse a una amenaza de despido, puede ir más con el sentido de convertir la estancia en la empresa en un infierno, apartar al empleado de posibles promociones...