La recuperación de la memoria histórica permite descubrir vidas sorprendentes, hasta ahora desconocidas, de personajes que, por sus ideas, sufrieron con dureza la represión franquista. Este es el caso de Julio Castelo, un vecino de Mariz, en Guitiriz, que increíblemente no acabó enterrado en una fosa o en una cuneta como otros miles de personas. Comenzó de fuxido por los montes de la parroquia, pero esa fuga no fue nada comparada con la que protagonizó de la cárcel pamplonesa de Ezkaba junto a otros 800 reclusos. Se salvó por lo menos en dos...
Comentarios
como dice mi padre: ¿nunca te fijaste que los curas tienen un montón de sobrinos?
Me alegro de que se haya salvado y muy al estilo de mi bisabuelo, que tras imponerle 5 penas de muerte salió por piernas al monte, lo cogieron, consiguió zafarse y escapar a Cádiz, desde donde cogió un barco a Brasil.
#1 El cura llama a todo el mundo hijo, menos a sus hijos, que les llama sobrino (refranero popular)
El abuelo de un compañero mío de estudios, que fuera alcalde del partido comunista durante la república en un pueblo de Girona, parece ser que se salvó de que lo fusilasen por intercesión del cura del mismo pueblo.
Al parecer el cura lo defendió y logró que no lo fusilasen ya que les unía una gran amistad forjada durante años de visitas en compañía a un burdel cercano.
Por otra parte, uno de mis abuelos (que también era de Guitiriz casualmente) se salvó de dos fusilamientos por pura chiripa (en uno gracias a un bombardeo que destruyó carcel y archivos y en otro porque lo habían confundido con otro); y al otro abuelo toda su vida le afeitaron y cortaron el pelo gratis por haber ayudado a un barbero que había estado escapado en el monte
Yo conozco a un supuesto enchufado, que trabaja como funcionario, y la gente lo conoce como "el hijo del cura". No sé si será hijo del cura, pero se parece muchísimo físicamente, y por supuesto creo que no está al nivel de lo que su puesto de trabajo requiere.