Publicado hace 11 años por --80001-- a amodelcastillo.blogspot.com.es

En los diversos hallazgos realizados en fosas comunes donde fueron enterrados los caídos en combate han aparecido abundantes testimonios de la devastadora contundencia de mazas, martillos, manguales y demás. Obviamente, el lugar preferente para ello era el rostro o la cabeza, si bien esa zona era casi invulnerable para un caballero provisto de un yelmo cerrado. En ese caso, sólo un martillo provisto de un aguzado pico podía perforarlo y producir una herida similar la que vemos en la foto de la derecha.

Comentarios

mondi

Parece ser un buen artículo, informativo, aunque no puedo menearlo porque me impresiona un poco.

D

#1 Más impresiona abrir el periódico todas las mañanas, ¿no cree? Y eso que no salen cráneos machacados.