Este es el nombre que un comerciante con sentido del humor (negro) ha elegido para su tienda de vestidos de novia en el centro de Zaragoza, en la que tal vez sea la calle más conocida y de rancio abolengo de la capital al ser la que desemboca directamente en el Pilar. Podría haber optado por algo más neutro y convencional, no sé, tal vez "Sí, quiero", "Que hable ahora o calle para siempre" o incluso "En la salud y en la enfermedad", aunque esto último resultaría más apropiado para una farmacia.
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