Son padres desesperados porque no han logrado la plaza escolar que querían para sus hijos. Están en pie de guerra por dos razones: porque no hay plazas suficientes y también porque algunos de los padres de los niños que sí han entrado lo han conseguido suministrando datos falsos.Los propios padres de los niños no admitidos son los que, a menudo, se convierten en detectives para investigar a los estafadores.
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