«Allá verdea la dura piedra de Laconia, aquí el mármol líbico y frigio, más allá brilla el ondulado ónice y el mármol con vetas del mismo color que el mar profundo, y resplandecen rocas frente a las cuales palidece de envidia la púrpura de Ébalo». Así describía el poeta Estacio, a finales del siglo I d.C., las estancias de una lujosa residencia que ocupó Livia Drusila, la esposa del emperador Augusto. La villa –que hay que diferenciar de la Casa de Livia, en el Palatino de Roma– se hallaba al norte de la Urbe, en el término de la ciudad etrusca
Comentarios
#4 Tampoco me dieron tiempo. Jodídos pretorianos...
#5
Haberles pagado con aureus y no con puñeteros denarios.
#5 haber pagado lo prometido
Augusto, Augusto, siempre que sí Julio César, que si Trajano, que si Augusto...
#1
Y nunca hablan de Publius Helvius Pertinax.
Es una injusticia.
#2 Ahí, ahí.
#3
No pudo gobernar mucho el chaval parece.
No pudo demostrar lo que valia. Algun que otro pueblo germano sojuzgado...... y así pasar con letras de
sangreoro en las paginas de la historia.Don Julio pudo masacrar a los galos y escribir las Gallicas. Y cosas así.
#2 quizás porque solo duró 86 días en el cargo. Aún así tiene el dudoso honor de se el último de los emperadores del alto imperio... a partir de él, todo para abajo.
Spam del bueno.
#8 ¿algo con lo que sustentar esa frase?