El Tribunal Europeo de Derechos Humanos rechazó hoy la primera demanda que resuelve contra España sobre las desapariciones durante la Guerra Civil y las llamadas fosas del franquismo. Se trata de la demanda interpuesta por el nieto y la hija (ya fallecida) de Luis Dorado Luque, diputado del PSOE por Málaga en 1936, que desapareció en julio de ese año y cuyos restos se sospecha que están enterrados en una fosa común del cementerio cordobés de La Salud. El tribunal afirma que la demanda fue presentada fuera de plazo.
Comentarios
Rechaza por UN DEFECTO DE FORMA y un plazo vencido supongo desde la presentación en españa que se lo debieron desestimar, ojo, no porque esté fuera de plazo por ser del 36 el hecho. que aquí la gente saca las conclusiones que quiere...
me corrijo y aclaro un fallo de bulto del tribunal, no aclara que se preumia ya en 1977 que estas dos personas estaban ahí, en el caso de muchos son fosas comunes recientemente halladas y no sería el caso.
#2 O dicho de otra manera, el PSOE tuvo 9 años de mayoría absoluta desde 1982, más otros 3 de Gobierno de pactos, más otros 8 de Gobierno de Pactos especialmente con la izquierda y el PNV... pero en todo este tiempo no hubo forma de que le Gobierno se encargase por sus propios medios, y de forma organizada y sistemática, ni siquera de sus propios muertos... y tras una ley de memoria histórica de claro sesgo, y 20 millones de € de gasto para dotarla... ahí siguen... que no lo cuenten en Europa si tienen sentido del ridículo...
«A continuación señala que pasaron 25 años entre esa fecha y la querella interpuesta ante el Juzgado de Instrucción nº2 de Córdoba y 28 hasta que fue presentada la demanda en Estrasburgo, 73 años después de la desaparición del diputado.
Este hecho hace que la corte europea afirme que los demandantes "no tenían auténticas esperanzas sobre los progresos realizados para encontrar el cuerpo".»
¿Reclamar la inhumación de un cadáver 73 años después de la muerte? Semejante petición debería cursarse a las autoridades de Arqueología e Historia. No solo está muerto el diputado, sino la mayoría de la gente a la que conoció, los que lo mataron, el que lo enterró y los testigos... salvo algún niño pequeño de entonces que hoy sea octogenario.