En el año 2001, cuando el equipo de Garik Israelian descubrió que la estrella HD 82943 había engullido un planeta, muchos reporteros le llamaron para preguntarle si realmente había visto aquel espectacular impacto a través del telescopio. Lo que había analizado no era ni mucho menos una colisión de película, sino una complicada gráfica que indicaba la presencia de un isótopo de Litio-6, la pista para saber qué había sucedido en aquella remota región del Universo.
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