El auge mundial del autoritarismo ha afectado gravemente a Estados Unidos, desafiando la arraigada visión de que el sistema político estadounidense ha sido un paradigma de democracia, estabilidad y Estado de derecho, y por lo tanto un modelo a seguir por otros países. Esta nueva situación no debería sorprender si consideramos que el sistema político estadounidense es probablemente uno de los menos democráticos entre las democracias capitalistas de Asia, Europa y otras partes del mundo.
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etiquetas: usa , corrupción , explotación de los trabajadores
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