Hace 12 años | Por Zocato a periodismohumano.com
Publicado hace 12 años por Zocato a periodismohumano.com

Cuando la esposa del ugandés Valente Inziku empezó el trabajo de parto se dirigió al hospital para que fuera bien atendida, tal como lo habían planeado. Pero nada salió como estaba previsto. Jennifer Anguko murió desangrada porque las enfermeras y los médicos no les brindaron la atención necesaria. El bebé también falleció. “Fuimos a las consultas prenatales y en todas nos dijeron que cuando llegara el momento del parto fuéramos al centro de salud. Hicimos lo que nos dijeron, pero cuando llegamos nadie nos atendió“, relató Inziku.

Comentarios

A

Les dicen que vayan a los centros de salud para allí NO atenderla...pues para esto más le vale quedarse en su casa o aldea con una partera. Ya podían formar un poco más a estas parteras y ahorrar a estas mujeres un desplazamiento allí donde no hay recursos para atenderlas.
Como siempre: para armas sí que hay recursos.

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¿Quién cojones les vende las armas?.