Solemos pensar que muy raramente nos cruzamos por la calle con alguien que nos pide la hora mientras fantasea con torturarnos. Sin embargo, un nuevo estudio afirma que las personas que disfrutan haciendo daño son más abundantes de lo que pensamos. El sadismo podría no estar reservado sólo a esa minoría de perturbados que nos muestran las películas de policías forenses y ser una conducta habitual de la vida cotidiana que se manifiesta, por ejemplo, cuando decidimos matar un insecto.
Comentarios
Ni idea, pero yo les sacaba a todos los ojos y les meaba en las cuencas que escuece. Por si acaso.
Ummm, creo que con un cálculo estadístico nos podríamos acercar a la realidad.
Si sumamos el % de políticos, obispos, maltratadores diversos y miembros de la CEOE.
Y calculamos la probabilidad de cruzarnos con uno de esos y le aplicamos +- 10% de margen de seguridad…
Hay muchos. Una barbaridad. Y pasan por personas normales. Sus ojos no están inyectados en sangre, ni sus miradas son frías como el hielo. Pero nos cruzamos con ellos a diario. Llevan a sus hijos al colegio, pasean con sus esposas, sacan a pasear al perro. Pero están ahí. En el trabajo despedezarán a cualquiera, generalmente más apto y menos mediocre que ellos. Echarán abajo reputaciones con sus calumnias. Si caes en su zona de influencia te destruirán. Y luego se irán al bar de la esquina a hablar de fútbol y reír con sus amigos. Pero llevan cientos de asesinatos a sus espaldas.
Recomiendo ver los documentales sobre la naturaleza del mal en TVE: http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/ . Creo que tambien estan en Youtube
Hombre, el estudio deja mucho que desear. COnsiderar sádico al que machaca cochinillas... Si me hubiesen dicho que los considerados sádicos preferían matar gatitos a ducharse con agua fría estaría de acuerdo, pero cochinillas...
Yo no me cruzo con ningún político de normal.