El sistema penitenciario nicaragüense organiza cada año unos juegos deportivos en lo que participan internos de todo el país. Solo este detalle ilustra un modelo radicalmente diferente a los de Guatemala, Honduras y El Salvador. Las carencias en infraestructura o alimentación son también infinitas, pero la esencia reeducadora de las cárceles no la cuestionan ni las ONG más críticas. Visto que Nicaragua es el país con las cifras de crimanalidad más amables, ¿será cierto el aforismo que asegura que las cárceles son el fiel reflejo de sus pueblos?
Comentarios
La frase del final del artículo tiene bastante razón: “Esa gente que está hoy adentro algún día va a salir; y si sale con más odios, ¡pobre sociedad!”
Es un caso que cuesta explicar. Nicaragua, con indicadores macroeconómicos que hablan de una mayor pobreza, es una sociedad pacífica en el contexto centroamericano, con cifras más amables incluso que Costa Rica, la llamada Suiza de Centroamérica. No es de extrañar que las cárceles sean más sanas si la sociedad no está tan podrida.