En los años posteriores al estallido de la burbuja de la década de 1990, las empresas comenzaron a contratar en mayor medida a trabajadores autónomos y empleados no fijos para ahorrar en costes de seguridad social. Ahora, muchos adultos de la generación de la era glacial corren el riesgo de un futuro incierto. No solo por sus ingresos relativamente bajos, sino también porque han estado excluidos durante demasiado tiempo de los sistemas de seguros de pensiones corporativos que complementa las escasas prestaciones de la pensión básica japonesa.
|
etiquetas: japón , trabajadores , década perdidas , jubilación