¿Cómo se hace la información internacional en España? No hay poesía ni bellas metáforas en este texto, hay experiencias condensadas de una profesión tan fascinante como (generalmente) deteriorada. Entonces se produce esta irónica situación: un periodista que cobra 50 euros la pieza narra lo que ocurre en los hospitales de Caracas y un tertuliano lo lee y cobra el cuádruple por opinar sobre el drama que se vive en los hospitales de Caracas. La solución no es rebajar el salario del “opinador”, es mejorar el del corresponsal.
Comentarios
El corresponsal cuenta lo que ve, el opinador lo que le dice el argumentario de turno
#1 Por eso no interesan
#1 Uno bueno sí.
Después están los que se desplazan al lugar de los hechos a leer el argumentario y así darle más credibilidad.
De todas formas a mi un corresponsal español que me diga como están los hospitales de Caracas no me aporta nada a día de hoy. Tienes acceso directo a medios locales e información de primera mano de los pacientes a golpe de click.
#6 Desde el desconocimiento, ¿No sería más barato y eficiente contactar con un periodista o interlocutor local (que vive allí y conoce su zona) en lugar de mandar un españolito al culo del mundo?
Se puede hacer una traducción simultánea en caso de la barrera del idioma.
#1 El corresponsal cuenta lo que le mandan que cuente, como todos.
Y cada vez quedan menos periodistas....
Normal. Hace décadas la única forma de informarte de algo que sucedía en el otro extremo del mundo era tener un corresponsal, con carísimas conexiones vía satélite. Hoy todos tenemos un aparato en el bolsillo que sustituye a la unidad móvil y al equipo audiovisual, y tarifa de datos casi plana.
Con esto no quiero decir que el trabajo sea sustituible. Hemos perdido en calidad en muchos sectores, y en el del periodismo se nota muchísimo.
Cada vez veo menos corresponsales internacionales, la mayoría de las veces ponen fotos de archivo y a veces no tienen que ver con el hecho la noticia.
Los únicos corresponsales que suelen salir son los de Washington y Bruselas, que tienen trabajo continuo.
Las opiniones, columnas y tertulias copan la información y hay “opinadores” analizando la guerra de Siria o la situación en Venezuela, por ejemplo, que son lugares que no conocen. Entonces se produce esta irónica situación: un periodista que cobra 50 euros la pieza narra lo que ocurre en los hospitales de Caracas y un tertuliano lo lee y cobra el cuádruple por opinar sobre el drama que se vive en los hospitales de Caracas.