La historia que sigue a continuación sucedió hace casi un año, en octubre de 2008. Pero el mundo no ha podido conocerla hasta hace unos días, cuando el protagonista, Chris Hayes, un jugador de fútbol americano, encontró fuerzas para atender a los medios después de que su padre se suicidara. Pocas veces un artículo publicado en este blog ha merecido tanto ser leído con especial dedicación y detenimiento. Les invito a dedicar unos minutos de su tiempo para recuperar (si alguna vez la han perdido) la fe en el ser humano y en el deporte.
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