No es tarea sencilla ser un hombre de bien. Me explico, ciertos quehaceres y reglas se cumplen casi solas, supongo que por aquello de la educación y las patadas en el culo de mamá. No sé, la puntualidad o la mano en la cartera a la hora de pagar la cuenta. Pero otras no. Hablo de esas otras que exigen disciplina, vigor y decisión. Especialmente en verano.
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