Una anciana perteneciente a la aristocracia y fallecida hace dos meses en Lanjarón (Granada), donde llevaba tiempo afincada, ha dejado su herencia al Ayuntamiento de este municipio alpujarreño para que todo su patrimonio se destine a obras sociales.
Al menos más garantía que la Iglesia Católica sí da un Ayuntamiento: hay controles de la oposición, las cuentas se pueden fiscalizar (las de las congregaciones, universidades, clínicas y otros negocios católicos no gracias al concordato), es obligatorio (al menos en teoría) que todo sea público y otras ventajas.
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Al menos más garantía que la Iglesia Católica sí da un Ayuntamiento: hay controles de la oposición, las cuentas se pueden fiscalizar (las de las congregaciones, universidades, clínicas y otros negocios católicos no gracias al concordato), es obligatorio (al menos en teoría) que todo sea público y otras ventajas.
bien por la abuelita,descanse en paz
Si, a obras sociales... ¡JA!
Dios quiera que sus políticos sean honrados...
Mira, como Darth Vader. Algunos al morir se cambian de bando.