La casa de apuestas británica Betfair ya había organizado «porras» similares en comicios locales, como las pasadas elecciones por la alcaldía de Madrid o el Parlamento catalán. La apuesta mínima es de cuatro euros, pero los más osados pueden gastar más de 500. De dichas cantidades, la casa de apuestas no se lleva nada directamente; los perdedores están exentos. El beneficio viene de retener a los ganadores una comisión que oscila entre el 2 y el 5 por ciento del dinero del premio, lo que depende sobre todo de la fidelidad del cliente.
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