Hace años fui al Vaticano. A la entrada hay tiendas que venden objetos 'bendecidos personalmente por el Papa'. Pregunté a una monja cómo bendecía el papa esos objetos y me dijo que el Papa iba a un almacén donde estaban todos, hacía una señal con la mano bendiciéndolos a todos... y listos.
Bueno anda,por lo menos ahora la venderán etiquetada y no se la llevará la gente en botellines normales,que luego pasa lo que pasa,como mi caso que cogí un botellín de la nevera y resultó que era agua bendita que mi vieja había traído de un viaje que pasaron por alguna fuente "santa" o alguna cosa de esas que les gustan a los creyentes.Por lo menos estaba fresquita de la nevera y nos reímos un rato con el puntazo .
Aclaro que no creo en dios y esa agua ni me quemó la garganta,ni hizo que me entrasen ganas de rezar,ni de volver a creer,ni nada raro eh .
El marketing religioso da bastante pena. Te venden agua del grifo bendecida por el currante que la embotella (supongo, porque si no no sé quién lo hará). Alucino con tanta estupidez
Comentarios
Sectas... ¡puagh!
#2 Pues eso, lo que han hecho las sectas toda la vida: sacar la pasta a sus adeptos.
Hace años fui al Vaticano. A la entrada hay tiendas que venden objetos 'bendecidos personalmente por el Papa'. Pregunté a una monja cómo bendecía el papa esos objetos y me dijo que el Papa iba a un almacén donde estaban todos, hacía una señal con la mano bendiciéndolos a todos... y listos.
#5 Te pasa por preguntar
#4 Te falta la ballesta con flechas de plata... (Ningún cazavampiros que se precie sale de su casa sin una ballesta )
más que secta creo que son unos listillos...
Bueno anda,por lo menos ahora la venderán etiquetada y no se la llevará la gente en botellines normales,que luego pasa lo que pasa,como mi caso que cogí un botellín de la nevera y resultó que era agua bendita que mi vieja había traído de un viaje que pasaron por alguna fuente "santa" o alguna cosa de esas que les gustan a los creyentes.Por lo menos estaba fresquita de la nevera y nos reímos un rato con el puntazo .
Aclaro que no creo en dios y esa agua ni me quemó la garganta,ni hizo que me entrasen ganas de rezar,ni de volver a creer,ni nada raro eh .
Estos cristianos se lo tragan todo.
Guay, ahora para completar mi arsenal de cazavampiros sólo tengo que visitar un súper americano. Ajos, un arma, agua bendita... jeje
El marketing religioso da bastante pena. Te venden agua del grifo bendecida por el currante que la embotella (supongo, porque si no no sé quién lo hará). Alucino con tanta estupidez