- Es evidente, pero para fácil me pongo a diseñar el Guggenheim. Es muy bueno, muy bonito, pero es sólo una cuestión plástica, aunque, eso sí, novedosa y maravillosa. La complejidad de las condiciones, sean políticas, sociales, ilegales, etcétera, es una variable que no se puede controlar. Es más difícil trabajar en este contexto.