Antes de romper la tregua, Bibi había provocado otra crisis constitucional al intentar destituir a la fiscal general y al jefe del Shin Bet, servicio de inteligencia que ha recogido pruebas contundentes sobre la colaboración de su Gobierno con Qatar para financiar a Hamas a través del aeropuerto de Tel Aviv. Bibi pensaba que así compraba la seguridad de Israel. Ahora podría ser acusado de traición.